No siempre son los hijos/as de los demás quienes se emborrachan los
fines de semana.
Este es el nuevo lema de la última campaña de la FAD para concienciar
a los padres y madres ante el incremento del consumo de alcohol entre la
población más joven, y sobre todo, entre menores de edad. El consumo
de alcohol entre la adolescencia, sobre todo durante los fines de
semana, y en nuestro entorno durante las pasadas fiestas, se ha
convertido en los últimos años en un grave problema de salud pública.
Profesionales de la salud advierten sobre el perjuicio cerebral de
los/as jóvenes pudiendo ocasionar proble-mas de memoria y aprendizaje.
Igualmente el consumo de alcohol se asocia con la conflictividad en
las rela-ciones personales y fami-liares, así como el fracaso escolar.
A esto se suman conductas de riesgo con graves consecuencias, como
accidentes de tráfico, infecciones de transmisión sexual, embarazos no
deseados, etc. |
De los efectos que el alcohol puede tener entre
adolescentes, la evidencia científica ha demostrado que la adolescencia
es una etapa muy vulnerable a las adicciones. Los efectos de cualquier sustancia tóxica son más
perjudiciales en un organismo que está en pleno proceso de desarrollo.
Cuanto antes se empieza a consumir alcohol, más pronto aparecen los
efectos tóxicos de esta sustancia y además aumenta la probabilidad de
dependencia.
Según las últimas investigaciones, el consumo de alcohol durante la
adolescencia puede provocar alteraciones en el crecimiento y en la madu-ración
sexual de la persona joven, del mismo modo que produce alteraciones hepá-ticas,
digestivas y cardio-vasculares.
Esto tiene una especial relevancia si tenemos en cuenta que la
adolescencia es la fase más importante para la maduración del cerebro:
si no se desarrolla en esta etapa no se desarrollará jamás. |
Los efectos perju-diciales del alcohol sobre el cerebro son
indepen-dientes del tipo de bebida alcohólica consumida. Según una
encuesta realizada en Enero de 2007 por la Delegación del Gobierno para
el Plan Nacional sobre Drogas entre jóvenes de 14 a 18 años reflejaba
datos preocupantes:
• Los/as adolescentes españoles empiezan a beber a
los 13,7 años.
• Entre los/as menores, es cada vez más frecuente
emborracharse todos los fines de semana; y seis de cada diez menores
entre 14 y 18 años, consumen alcohol en esos días.
• Chicos y chicas
consu-men alcohol de forma similar.
• Entre los adoles-centes que consumen
alcohol, es más frecuente el consumo de cannabis, cocaína y otras
drogas.
• La mayoría de adolescentes no considera peligroso el consumo de
alcohol. En resumen, podemos decir que entre adoles-centes no se puede
hablar de consumo responsable. A estás edades la conducta responsable es
no beber alcohol. |
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