La vuelta a clase supone un cambio importante en los horarios de los/las
más pequeños/as por lo que es normal que se sientan más cansados, si
bien una cena ligera y nutritiva puede ayudarles a descansar mejor por
la noche. Septiembre es el mes en el que comienzan de nuevo los madrugones, cargar
con las pesadas mochilas y atender a varias horas de clase a lo largo
del día. En ocasiones, al acabar la jornada escolar, continúa acudiendo
a clases extraescolares, realizando deporte, etc, por lo que una
alimentación adecuada es un factor importante para que tengan fuerza y
ánimo durante todo el día. Actualmente, es común que tanto el padre
como la madre trabajen fuera de casa. |
Esto supone que el niño o la niña se queda a comer en el
comedor del colegio, lo que convierte a la cena en la única comida del
día que se puede realizar en familia. Es importante sentarse a la mesa
sin prisas, y que el niño disfrute junto a su familia de la cena,
mientras se charla y se comenta lo ocurrido durante el día. Para que
los/las pequeños/as puedan llevar a cabo una alimentación equilibrada,
es conveniente tener a disposición el menú escolar semanal que ofrecen
al hijo/a en el comedor. De este modo se puede preparar la cena del
niño/a en función de lo que haya comido ese día, pudiendo elaborar para
él el plato más adecuado desde el punto de vista nutricional. |
Si bien, es conveniente que las cenas tanto de niños/as como de los
mayores no sean excesivas en cantidades, ni muy ricas en alimentos
grasos, ya que este tipo de cenas pueden impedir conciliar el sueño. Por lo general, lo más indicado es que la cena incluya un plato de
verduras, tanto cruda en forma de ensalada como cocinada y carne o
pescado. De postre, es aconsejable no abusar de los dulces ni de postres
grasos, para optar por el consumo de frutas , macedonia, o lácteos, que
hoy en día presentan gran variedad de productos.
FUENTE: www.consumer.es |