El Transiberiano

Programa de Familia

GUÍA DE EDUCACIÓN FAMILIAR: "LOS ABUELOS Y LOS NIÑOS"

El encuentro entre el abuelo y el nieto, es siempre muy enriquecedor para ambas partes.

El nacimiento de un bebé, transforma comple-tamente el día a día de un hogar.

A los compromisos y responsabilidades ya exis-tentes, se suman otras muy distintas: la de educar al pequeño de la casa, y acompañarle en  su desa-rrollo y crecimiento.

Los placeres de tener un bebé son muchos, pero no se puede ignorar que el trabajo aumenta.

 En muchas familias, conciliar trabajo, casa, e hijos, es una tarea que requiere mucha habilidad y, en muchos casos, algunos sacrificios.

Poder contar con ellos, es un recurso muy valioso.

La presencia de los abuelos, es un consuelo y un desahogo para muchas familias.

Los cambios que provoca el nacimiento del bebé, les afectan menos que a los padres, y sus obligaciones están en un plan secundario, depen-dientes del "mando" de los padres del bebé, y de la disponibilidad que tengan para compartir los cuidados, el afecto, y el tiempo del bebé con sus abuelos.

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La llegada de un bebé, no solo altera la vida de los padres, sino también la de muchos abuelos.

EL PAPEL DE LOS ABUELOS

De la misma manera que la estructura familiar ha evolucionado, también lo ha hecho el papel de los abuelos.

Uno de los problemas que más alteran la relación entre los abuelos y los padres de sus nietos, es la aplicación de los límites. En muchos casos, es muy difícil que lleguen a un consenso.

De un lado están los abuelos que, creyendo en su experiencia, no están de acuerdo con las ideas de los más jóvenes; y del otro están los padres que no aceptan las intromisiones de los abuelos en la educación de su hijo.

Antes, en las familias, los abuelos, hijos y nietos vivían juntos, y los abuelos intervenían bastante en la educación de los nietos. Hoy, muchas cosas han cambiado.

Por ejemplo, gran parte de las abuelas suelen tener una vida más activa, mantener más vida social, estando o no jubiladas. Hacen respetar más su tiempo y sus necesidades.

En todo caso, poder tener algún abuelo cerca de su nieto es alentador en todos los sentidos. Aunque no todo es perfecto, los abuelos pueden representar muchos papeles:

- Pueden contribuir con su experiencia en momentos de crisis familiar, tanto en el sentido psicológico, como en el económico, si se puede y es necesario.

- Pueden cuidar de los niños, cuando los padres no pueden hacerlo.

Esto es beneficioso para los niños y para los abuelos porque se sentirán más útiles, más considerados y más valorados.

- Pueden transmitir valores familiares y mantener el vínculo entre las generaciones. Las historias de familia les encantan a los niños, y contribuyen en su desarrollo psicológico.

- Pueden apoyar al padre o a la madre divorciada. Suplir en consejos y en cuidados la falta del otro.

- Pueden aprender con sus nietos, acercándose más a las nuevas generaciones.

FUENTE: www.mapfresalud.com

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