El miedo es la reacción normal
y adaptativa que experimentamos cuando nos enfrentamos a estímulos
(situaciones, objetos y pensamientos) que implican peligro o amenaza,
teniendo un valor de supervivencia obvio. El miedo, como cualquier otra
emoción, se manifiesta a tres niveles o tipos de respuesta:
- Expresiones conductuales visibles.
- Sentimientos y pensamientos subjetivos (en los humanos).
- Cambios fisiológicos acompañantes.
Tanto en los humanos como en los animales, aparecen diferentes tipos
de estrategias de conducta que van desde la inmovilidad total hasta los
ataques de pánico con huida desesperada. Los sentimientos que aparecen
con el |
miedo son sensaciones desagradables más o menos
intensas (desde el simple malestar hasta el terror), urgencia de |
fisiológicas también varían, siendo las más comunes el Ritmo
cardiaco acelerado, la sudoración excesiva, la tensión muscular, la
sensación de urgencia de orinar y defecar, la dificultad en respirar,
respiración rápida y entrecortada, temblores, dilatación de las pupilas,
erizamiento del pelo, o aumento de la presión arterial, entre muchas
otras.
Los niños y niñas más pequeños/as tienen miedos a los seres imaginarios,
ruidos fuertes, al daño físico, a la oscuridad, separación de la
familia, a la escuela o a los animales; mientras que los y las
adolescentes padecen más temores a hacer el ridículo, al fracaso
escolar, a ser observado, al aspecto físico, a las relaciones sociales o
a la muerte. El sexo y la clase social son variables que influirán en
los tipos y formas de manifestar los miedos.
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escapar y gritar,
irritabilidad, ira, agresividad, sensación de irrealidad, percepción
espacio-temporal alterada, falta de concentración, o pensamientos
irreales, entre otros. Por ello, las manifestaciones |